MÉTODO PRÁCTICO DE SÓCRATES

   ¿En qué consistía el método práctico de Sócrates? Su forma era la de la «dialéctica» o conversación.

      Sócrates trataba conversación con alguien y procuraba ir sacándole las ideas que tuviese sobre algún tema. Por ejemplo, podía declararse ignorante de qué sea en realidad la valentía, y preguntar a su interlocutor si poseía alguna luz sobre ello. O bien solía orientar la conversación en aquel sentido, y cuando el otro empleaba el término «valentía» preguntaba Sócrates qué es la valentía, manifestando su propia ignorancia y su deseo de aprender.

      

       Su interlocutor había usado el vocablo; por consiguiente, debía de saber lo que significaba. Cuando le daban en respuesta una definición o una descripción, Sócrates solía mostrarse satisfecho, pero por lo común reparaba en que había una o dos pequeñas dificultades que le gustaría ver puestas en claro. Consecuentemente, iba haciendo preguntas, dejando que fuese el otro quien más hablase, pero dirigiendo él mismo el curso de la conversación, de suerte que quedara patente, al fin, lo inadecuado de la propuesta definición de la valentía.

        El interlocutor volvía entonces sobre sus pasos y proponía una definición nueva o modificaba la ya propuesta, y de este modo avanzaba el proceso, hasta llegar, o no, al éxito final.

      Así pues, la dialéctica procedía desde una definición menos adecuada hasta otra más adecuada, o de la consideración de ejemplos particulares a una definición universal. A veces, verdad es, no se llegaba a ningún resultado definido; pero en todo caso la finalidad era la misma: la de lograr una definición universal y válida; y como el razonamiento procedía de lo particular a lo universal, o de lo menos perfecto a lo más, puede decirse que se trataba de un proceso inductivo.

      Pero las miras de Sócrates no eran humillar ni desconcertar. Lo que se proponía era descubrir la verdad, no como materia de pura especulación, sino de tal modo que sirviese para vivir conforme es debido para obrar bien, es preciso saber qué es lo recto.

      Su “ironía”, su profesión de ignorancia, eran sinceras; él, en realidad, no sabía, pero deseaba dar con la verdad, quería conducir a los demás a que reflexionasen por sí mismos y pensasen de veras en la tarea, sumamente importante, de cuidarse de sus almas. Sócrates estaba profundamente convencido del valor del alma, que era para él el sujeto pensante y volente.

      Sócrates llamaba a su método mayéutica “obstetricia”, no sólo por chistosa alusión a su madre, sino para expresar su intención de hacer que los demás diesen a luz en sus mentes ideas verdaderas, con vistas a la acción justa. Siendo esto así, comprender  fácilmente por qué Sócrates daba tanta importancia a la definición. No era un pedante, sino que estaba convencido de que para el recto gobierno de la vida es esencial tener un conocimiento claro de la verdad. Quería promover el nacimiento de ideas verdaderas, en la clara forma de la definición, no con fines especulativos, sino con un fin práctico. De ahí su preocupación por la ética.